Nuestra unidad de alergología es especialista en los tratamientos alergia e intolerancia alimentaria.
¿Qué es la alergia alimentaria?
La prevalencia de la alergia a los alimentos ha aumentado en las últimas décadas, al igual que la de otras enfermedades alérgicas. Afecta en la actualidad a aproximadamente el 5% de los adultos y al 8% de los niños. En España, se estima que cerca de dos millones de personas son alérgicas a algún alimento.
En los niños menores de 5 años la leche de vaca y el huevo son los alimentos implicados con mayor frecuencia. La prevalencia de alergia al huevo y la leche disminuye con la edad, lo que refleja el desarrollo de tolerancia a estos alimentos. A los 5 años de edad, cerca del 80% de los niños alérgicos a la leche y más del 50% de los alérgicos al huevo han superado su alergia. Sin embargo, partir de los 5 años disminuye la probabilidad de que un niño alérgico al huevo y/o a la leche tolere estos alimentos de forma natural.
Aparece también en los dos primeros años de vida la alergia al pescado que es más persistente, y por tanto, permanece en niños mayores y en los adultos.
A partir de los 5 años de edad, es más frecuente la alergia a alimentos vegetales, como las legumbres, frutas, frutos secos o las hortalizas, así como la alergia al marisco.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia alimentaria?
Uno de los síntomas más frecuentes y que a su vez suele ser el primero en manifestarse, es el picor en la boca y/o paladar al ingerir el alimento.
Otras veces, la primera manifestación es una erupción cutánea a modo de ronchas (habones) con intenso picor (prurito).
También pueden aparecer síntomas digestivos (dolor abdominal, vómitos o diarrea) o respiratorios (estornudos, taponamiento nasal, dificultad para respirar o pitos).
En los casos más graves, la ingesta del alimento puede desencadenar un shock anafiláctico, una reacción alérgica grave, de instauración rápida, que afecta a dos o más órganos y que es potencialmente mortal. Entre los síntomas, puede aparecer picor en cuero cabelludo, palmas y plantas, enrojecimiento generalizado de la piel, seguido de dificultad para respirar, síntomas digestivos, hipotensión e incluso pérdida de conocimiento.
¿Cómo se diagnostica la alergia alimentaria?
El diagnóstico de la alergia alimentaria se realiza mediante pruebas cutáneas con el alérgeno sospechoso de haber causado la reacción alérgica.
También es posible realizar análisis de sangre con el fin de cuantificar y demostrar la presencia de anticuerpos específicos (IgE específica) frente a ese alérgeno.
En ocasiones es preciso realizar una prueba de tolerancia oral controlada para poder diagnosticar o descartar definitivamente la alergia a un alimento. Esta prueba consiste en observar, bajo control médico, si se desencadena la reacción alérgica tras la ingesta del alimento.
¿Cómo se trata la alergia alimentaria?
Los pacientes con alergia alimentaria deben evitar la ingesta del alimento al que son alérgicos, así como los alimentos que puedan contenerlo en su composición.
Todo paciente con alergia alimentaria debe saber qué medicamentos puede tomar en caso de una ingesta accidental o de presentar una reacción alérgica.
Entre los fármacos más empleados para tratar una reacción alérgica se encuentran los antihistamínicos y los corticoides (orales, inhalados, nasales, etc). Es imprescindible que el paciente conozca cuándo y en qué dosis tomarlos.
Los pacientes con antecedentes de anafilaxia tras la ingesta de un alimento deben ser llevar siempre adrenalina autoinyectable. Deben estar entrenados en su aplicación y sepan cuándo deben utilizarla.
¿Es lo mismo la intolerancia que la alergia alimentaria?
Es importante saber que la “intolerancia alimentaria” no es sinónimo de “alergia alimentaria”, por lo que los tratamientos alergia e intolerancia alimentaria no son iguales.
En la alergia alimentaria el organismo percibe como nociva una sustancia (denominada alérgeno) que no lo es, con la consecuente activación de una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
La intolerancia alimentaria, como lo es la intolerancia a la lactosa y a la fructosa, se debe a un déficit enzimático. La sintomatología en estos pacientes suele ser muy inespecífica con manifestaciones habitualmente abdominales en forma de dolor abdominal, flatulencia, distensión abdominal, nauseas, vómitos, diarrea…
El diagnóstico de las intolerancias alimentarias se realiza mediante test específicos como el test de intolerancia a la lactosa o la fructosa.
Los test para medir múltiples intolerancias alimentarias no tienen un soporte científico y no han demostrado utilidad clínica. Las sociedades científicas más relevantes se posicionan claramente a este respecto y determinan que estos tests no miden la alergia a un alimento y no son útiles para eliminar un alimento de la dieta (pruebas diagnósticas no aprobadas en la alergia a alimentos).