¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es un conjunto de enfermedades neurológicas que producen crisis epilépticas, que son una descarga eléctrica anormal de las neuronas en la corteza cerebral.
Aproximadamente un 70% de ellas se controlan bien con los fármacos antiepilépticos.
La epilepsia es la segunda causa de consulta ambulatoria neurológica después de las cefaleas.
Afecta a individuos de todas las edades, aunque es mayor la incidencia en los primeros años de la vida y en la tercera edad y se calcula que hay 400.000 personas con este padecimiento en España.
Cada año, entre 12.400 y 22.000 personas, presentan el trastorno por primera vez.
Gracias a los distintos tratamientos disponibles, cerca de un 75% de quienes padecen esta enfermedad pueden llevar una vida normal, pero un 25% de pacientes sufren epilepsia farmacorresistente. En ocasiones se puede recurrir a intervenciones quirúrgicas para mejorar su pronóstico. Para tratar a estos pacientes hay unidades de cirugía de la epilepsia en España que realizan cerca de 200 intervenciones al año.
Además, existen 26.000 casos de pacientes epilépticos diagnosticados con discapacidad, de los cuales solo el 25 por ciento se encuentra en situación laboral activa. De ellos, 18.000 sufren limitaciones en el trabajo y 12.000 tienen dificultades para desplazarse a su centro laboral.
¿Cómo se diagnostica?
Hay cuatro métodos principales de diagnóstico de la epilepsia:
• Historia personal y médica del paciente. El especialista la realiza obteniendo toda la información posible que pueda darle el afectado (características de los ataques epilépticos, qué le pasa momentos antes de que comience el ataque, etc.)
• Electroencefalograma (EEG). Es una prueba que muestra las señales eléctricas que llegan desde las células del cerebro, pero pueden ser normales, aunque el paciente tenga epilepsia.
• Neuroimagen: Tomografía computarizada y Resonancia Magnética craneal. Consiste en otra máquina que hace una serie de fotografías de los diferentes niveles del cerebro, con las que se puede ver si existe en él algún bulto, cicatriz, marca o cualquier otra condición que pueda estar causando los ataques.
• Polisomnografía de sueño nocturno y video EEG: Es un EEG durante el sueño, con videovigilancia.
Tratamiento de la epilepsia
Los tratamientos actuales pueden controlar los ataques, al menos durante cierto tiempo, en aproximadamente un 80% de los pacientes con epilepsia. Sin embargo, el 20% restante de los pacientes epilépticos tienen ataques que no se pueden tratar adecuadamente con los medios disponibles actualmente.
La duración del tratamiento variará en función de cada paciente y del tipo de epilepsia que padezca. En algunos casos puede durar unos pocos años, mientras que para algunos pacientes tendrá que someterse al tratamiento de manera indefinida.
Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación, la cirugía y una dieta alimenticia específica.
¿Cómo actuar frente a una crisis?
Qué se debe hacer
• Lo ideal es tratar de poner a la persona en el suelo, porque si no terminará cayendo por sí misma.
• Si el enfermo ya se está medicando, lleva siempre consigo unas pastillas, tabletas o similar y ha informado de ello a los que se encuentran con él en el momento del ataque, habrá que introducirle el fármaco en la boca antes o después de que se produzca la crisis (durante la crisis no tiene sentido porque el proceso digestivo se detiene).
• Hay que tener mucho cuidado al acercarse al enfermo, porque incluso estirado en el suelo despliega una fuerza inconsciente fuera de lo normal y puede dar golpes con cualquiera de las extremidades.
• Se deben apartar de inmediato todos los objetos que puedan estar a su alrededor.
• Para que no se golpee la cabeza contra el suelo durante las convulsiones, se le puede colocar debajo de la nuca un almohadón, o bien una prenda de ropa doblada.
• No hay que tratar de trasladar a la persona mientras sufre el ataque. Lo mejor es esperar a que pase. Si las convulsiones se prolongan más de cinco minutos, o se sabe con certeza que se trata de una persona diabética o embarazada, lo que se debe hacer es avisar a una ambulancia. Una vez superado el ataque epiléptico, el enfermo no recordará qué le ha pasado y se sentirá muy confuso; no hay que dejarle solo, porque es posible que no recuerde dónde está o dónde vive.
Qué no se debe hacer
• No es necesario realizar respiración artificial.
• Los cambios de coloración de la piel se producen a causa de la reactividad de los vasos cutáneos.
• No hay riesgo de que se ahogue con su lengua. Los ruidos se deben a la falta de coordinación de la respiración y al aumento de secreciones.
• No se debe sacudir o golpear al epiléptico.
• La crisis comienza y se interrumpe de forma espontánea.
• Pasada la crisis no se necesita ningún sedante. Una vez que el epiléptico deja de convulsionarse y está dormido, ya no es necesario. Los medicamentos que se usan para interrumpir las crisis son sedantes de acción corta (su efecto dura entre 20 y 40 minutos), por lo que una vez pasada la crisis no tienen utilidad.