¿Qué es una fractura?
Una fractura es una rotura en un hueso que ocurre cuando se aplica más fuerza de la que el hueso puede soportar. Las fracturas son comunes en la infancia debido a la actividad física y la naturaleza en desarrollo del sistema óseo pediátrico.
¿Por qué las fracturas en niños son diferentes a las de los adultos?
Las fracturas en niños presentan características únicas debido a la estructura y el crecimiento óseo en desarrollo:
- Huesos más flexibles: Los huesos de los niños son más elásticos, lo que permite que se doblen en lugar de romperse por completo, causando fracturas en «tallo verde» o en “rodete”
- Cartílagos de crecimiento (fisis): Las áreas de crecimiento óseo son más vulnerables a las lesiones y, si se afectan, pueden alterar el crecimiento del hueso causando acortamientos o deformidades.
- Mayor capacidad de remodelación: Los huesos infantiles pueden corregir deformidades leves durante el crecimiento, especialmente en huesos largos y en niños más pequeños, lo que permite una mayor tolerancia a ciertos desplazamientos que en adultos requerirían cirugía.
- Curación más rápida: Gracias a un mayor suministro sanguíneo y actividad celular, los huesos de los niños curan más rápidamente.

¿Cuáles son causas frecuentes de fracturas en niños?
- Caídas durante el juego o actividades deportivas.
- Accidentes de tráfico o en bicicleta.
- Traumatismos directos por golpes o impactos.
- Enfermedades óseas que debilitan los huesos.
¿Por qué es importante un tratamiento adecuado y seguimiento?
En el momento agudo, cada fractura en niños requiere un tratamiento específico que depende de varios factores, incluyendo:
- La edad del niño y su etapa de crecimiento.
- La localización de la fractura en el esqueleto y en el hueso.
- El patrón de la fractura (completa, incompleta, desplazada, etc.).
- La posible afectación del cartílago de crecimiento (fisis), que puede tener implicaciones en el crecimiento futuro del hueso.
Un tratamiento agudo adecuado es esencial para una correcta recuperación. Sin embargo, el manejo no termina con la curación inicial. El seguimiento médico especializado es fundamental para detectar a tiempo posibles complicaciones como, prevenir secuelas como deformidades o discrepancias en la longitud de las extremidades, y garantizar una recuperación funcional completa.