¿Qué es la displasia de cadera?
La displasia del desarrollo de la cadera (DDC) es una alteración compleja en el desarrollo y en la forma de la misma, cuya característica fundamental es que el acetábulo es insuficiente para dar cobertura y apoyo a la cabeza del fémur, bien porque es más plano y vertical de lo habitual o bien por una mala orientación del mismo. Esto ocasiona una alteración en la transmisión de cargas en la cadera pudiendo dar lugar a la aparición de cambios degenerativos a una edad más temprana.
La displasia afecta tanto a hombres como mujeres, aunque es más frecuente en el sexo femenino. Además, es la principal causa de artrosis en pacientes jóvenes. El 90% de los pacientes menores de 50 años con artrosis tienen un problema estructural en la cadera y, de ellos, el 50% tienen displasia.
Síntomas de la displasia de cadera
El síntoma más habitual de un paciente con displasia, es un dolor inguinal que aumenta con la actividad física o al estar mucho tiempo de pie y, en ocasiones, puede referir bloqueos o chasquidos.
El diagnóstico suele basarse en la clínica (síntomas), la exploración física y las radiografías. Posteriormente, se suelen hacer pruebas complementarias adicionales, como el TAC, para evaluar el grado de displasia y descartar anomalías asociadas, y la resonancia magnética, entre otras pruebas, para evaluar el estado del cartílago, lo cual tiene una gran importancia a la hora de decidir el tratamiento a seguir y las expectativas del mismo.
A pesar de ser una causa frecuente de dolor en los pacientes jóvenes y deportistas, en los grados leves de displasia su diagnóstico no siempre es fácil y puede pasar desapercibido.
Tratamiento de la displasia de cadera
El tratamiento inicial de la displasia sintomática será conservador, con un programa de fortalecimiento muscular, intentando modificar la actividad deportiva siempre y cuando sea posible evitando aquellos deportes de impacto más lesivos, y con fisioterapia. Ocasionalmente, pueden recurrir a analgésicos y/o infiltraciones para el alivio del dolor.
En aquellos pacientes en los que el tratamiento conservador ha fallado en el alivio de los síntomas y que continúan con un dolor que les incapacita para su actividad habitual, estaría indicado el tratamiento quirúrgico. Este dependerá, fundamentalmente, del estado del cartílago articular:
- Si existe desgaste del cartílago significativo, el tratamiento sería sustituir la articulación por una prótesis total de cadera.
- Sin embargo, en los pacientes jóvenes (habitualmente, < 40 años) con el cartílago articular sano se puede optar por TÉCNICAS DE PRESERVACIÓN ARTICULAR, con el objetivo de mejorar la sintomatología y evitar o retrasar la aparición de cambios artrósicos.
La técnica de elección en los pacientes jóvenes con una displasia sintomática con el cartílago sano es la OSTEOTOMÍA PERIACETABULAR DE GANZ, la cual consiste en realizar unos cortes controlados en la pelvis, alrededor del acetábulo para “soltarlo” y poder colocarlo en la posición “ideal”, mejorando así la transmisión de cargas en la cadera y la inestabilidad. Se trata de una técnica muy demandante, pero que ha demostrado ser segura, reproducible y eficaz, incluso en estudios a largo plazo.