¿Qué es la espondilodiscitis?
La espondilodiscitis es una infección en la columna vertebral provocada por un microorganismo. Es una enfermedad que tiene un desarrollo lento y un diagnóstico que suele ser difícil de determinar y por ello tardío.
El Doctor Javier Pizones nos cuenta cómo te podemos ayudar.
Esta enfermedad está normalmente causada por bacterias, aunque en algunos casos son los hongos los que pueden provocar la infección. En el caso de las infecciones por bacterias pueden ser “tuberculosas”, producidas por el bacilo de Koch, o “piógenas”, producidas por el resto de bacterias.
En las infecciones bacteriológicas piógenas casi el 50% de los casos se deben al germen Staphilococcus Aureus.
Factores de riesgo de la infección de columna vertebral
Aunque cualquier persona puede sufrir espondilodiscitis hay factores que aumentan el riesgo de padecerla:
- Personas mayores de 50 años.
- Pacientes con diabetes.
- Personas con obesidad, tumores malignos, inmunodeficiencias, sepsis o infección sistémica reciente, trauma e inmunosupresores.
- Malnutrición.
- Tabaquismo.
¿Cuáles son las causas de la espondilodiscitis?
La infección puede ocurrir por distintas vías:
- Por vía directa: es la infección menos frecuente que se produce desde los tejidos blandos adyacentes a la columna.
- Por vía hematógena: es la más forma de infección más frecuente. En estos casos el germen es transportado desde otra localización a través de los vasos sanguíneos hasta el cuerpo vertebral y desde allí, por contigüidad, al disco intervertebral.
La razón de que el asentamiento de gérmenes se produzca en el disco intervertebral es porque al no recibir flujo sanguíneo la respuesta inmune es casi inexistente.
Síntomas de la infección de columna vertebral
Los síntomas comienzan con un dolor de espalda muy intenso que empeora con la actividad y el movimiento. Este dolor es más fuerte que en la patología degenerativa, pudiendo incluso llegar a despertar al paciente por la noche.
Sólo uno de cada tres casos tiene cuadros de fiebre.
Debido a la compresión de la médula espinal provocada por la inflamación de la infección, hay pacientes que pueden tener pérdida de fuerza en las extremidades.
Diagnóstico de la espondilodiscitis
El primer paso para el diagnóstico de la espondilodiscitis es realizar un diagnóstico diferencial respecto a los tumores de la columna vertebral. Dado que los síntomas son muy parecidos, es importante diferenciar de que patología se trata.
En relación a localización de la infección podemos diferenciar por zonas:
- Lumbar: es la más frecuente suponiendo entre el 50 y el 60% de los casos.
- Dorsal: suele darse entre el 30y el 40% de los casos.
- Cervical: se da en menos del 10% de los casos.
Para el diagnóstico de la infección de columna se puede recurrir a las siguientes técnicas:
- Valoración clínica del historial, el dolor y la inestabilidad en la columna.
- Radiografías y resonancias magnéticas para observar si existe destrucción de los platillos de los cuerpos vertebrales adyacentes y del disco intervertebral.
- Análisis de sangre para ver la determinación de la VSG y PCR. Ambos factores son monitorizados a lo largo del tratamiento para ver la mejora de la enfermedad.
- Pruebas para determinar el germen que ha causado la enfermedad. Se puede realizar un hemocultivo o una punción guiada con TAC. Es importante tener en cuenta que entorno al 20% de los casos no se puede detectar el germen causal, bien por resolución espontánea, o bien por enmascaramiento de los antibióticos recomendados con anterioridad.
Tratamiento de la infección de columna vertebral
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador se aplica en los casos en los que la destrucción vertebral sea muy leve, no haya inestabilidad en la columna y no exista lesión neurológica.
En estos casos el tratamiento consiste en:
- Antibióticos específicos.
- Inmovilización de la zona con corsé u ortesis.
El éxito de este tipo de tratamientos es muy elevado no precisando el paciente tratamiento quirúrgico.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico en los casos de espondilodiscitis se debe recomendar cuando:
- Existe déficit neurológico y por lo tanto una pérdida de fuerza en las extremidades.
- Hay formación de absceso que no desaparece con el tratamiento médico antibiótico.
- La infección es persistente a pesar del tratamiento médico antibiótico.
- Hay un dolor intratable médicamente debido al grado elevado de destrucción vertebral.
- Existe una inestabilidad muy alta.
- Existe una cifosis o deformidad local.
El tratamiento quirúrgico consiste en la eliminación de la infección y desbridamiento de los tejidos necrosados o destruidos y la estabilización de la columna mediante la artrodesis.
Existen dos técnicas de artrodesis o fusión vertebral:
- Sin instrumentación: se fusiona las vertebras con huesos del propio paciente.
- Con instrumentación: la fusión se realiza con materiales externos.
En los pacientes que presentan compresión medular hay que descomprimir la médula, además de estabilizar la columna.
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