¿Qué es una fractura vertebral?
Una fractura vertebral suele producirse por un golpe en un accidente, aunque en las personas mayores con osteorporosis a veces pueden surgir tras los movimientos más banales.
El Doctor Javier Pizones nos cuenta cómo te podemos ayudar.
Tipos de fracturas vertebrales
Dependiendo de la fuerza del golpe las fracturas pueden ser:
- Fracturas estables: son menos graves y no suelen requerir intervención quirúrgica.
- Fracturas inestables: son las más graves y suponen una mayor destrucción.
- Las fracturas osteoporóticas: la calidad o estado del hueso del paciente es muy importante en este tipo de fracturas. En varones mayores de 60 años y en mujeres mayores de 55 años el hueso tiene peor calidad y un esfuerzo brusco o una flexión forzada del tronco pueden producir una fractura vertebral.
Síntomas de la fractura vertebral
El síntoma principal de la fractura vertebral es un dolor que se irradia en forma de “cinturón” produciéndose desde la vértebra fracturada hasta la parte anterior del abdomen. Hay incluso casos en los que el abdomen puede doler y provocar que se paralice el ritmo intestinal.
Diagnostico de la fractura vertebral
El diagnóstico de la fractura se obtiene con una radiografía. En el caso de las fracturas más complejas es necesario realizar también una resonancia magnética o un scanner. Con ambas pruebas podemos clasificar la gravedad de la fractura y tratar cada caso de la forma más adecuada.
Tratamiento de la fractura vertebral
El tratamiento tiene como objetivo la remisión del dolor y que la columna quede mecánicamente estable.
Sin embargo, en función del tipo de la fractura, el tratamiento puede variar:
Fractura estable – Tratamiento con corsé.
Cuando el patrón de la fractura es estable, se considera que puede consolidar por lo que no se considera necesario intervenir quirúrgicamente. En estos casos, el tratamiento consiste en llevar un corsé durante un tiempo aproximado de tres meses.
Los beneficios del corsé son:
- Mitiga el dolor.
- Hace que la espalda se mantenga erguida.
- Evita que aumente el aplastamiento.
- Consigue que la fractura consolide con el tiempo.
- Protege y da seguridad al paciente.
Para el dolor de la fractura se suelen pautar calmantes entre tres y seis meses y la disminución del dolor ocurre de manera progresiva. Tras el primer y segundo año, es normal tener molestias en la zona fracturada, sobre todo con los cambios de tiempo y cuando se realizan esfuerzos
La evolución de la fractura se controla de forma periódica mediante radiografías seriadas. Si la evolución es satisfactoria, aproximadamente a los tres meses se puede decidir comenzar a retirar el corsé. En caso de que la fractura no evoluciones de manera favorable, se valora la opción de tratamiento quirúrgico.
Consejos para llevar el corsé:
- Se debe llevar todo el tiempo mientras estemos de pie o sentados.
- No es necesario llevarlo mientras se duerme.
- Se puede llevar una camiseta de algodón debajo para evitar rozaduras.
- Hay que apretarlo bien para que quede lo más ajustado posible.
- A la hora de sentarse la mejor opción es hacerlo en sillas duras y altas. De esta forma evitaremos que el corsé se clave en los muslos y en el pecho.
- A la hora de retirar el corsé se debe hacer exclusivamente por indicación del médico. Se debe hacer de forma progresiva, aumentando una hora sin el corsé cada dos o tres días.
- Durante las horas que se esté sin el corsé es aconsejable que se haga vida normal. Es muy positivo ir a la piscina para caminar dentro del agua y que la musculatura coja tono progresivamente.
Es normal que tras retirar el corsé de manera definitiva se sienta algo de dolor.
La rehabilitación no suele ser necesaria, pero si es aconsejable la práctica de deportes aeróbicos como la natación o la bicicleta.
Aunque la recuperación completa tarda en llegar, el paciente se incorpora a la vida normal entre los tres y lo seis meses tras la fractura.
Fracturas inestables – Tratamiento con cirugía
En los casos de fracturas vertebrales inestables suele ser necesario el tratamiento quirúrgico. Estas son fracturas más graves en las que se necesita dar estabilidad a la columna. Este refuerzo se realiza mediante un anclaje con tornillos, ganchos o alambres y dos barras laterales.
Según la gravedad de la fractura se pueden realizar dos tipos de cirugías:
- Cirugía por vía anterior: a través del abdomen o tórax.
- Cirugía por vía posterior: a través de la espalda.
En este tipo de intervenciones el tiempo de ingreso en el hospital suele ser de una semana.
Tras la operación, y según el grado de estabilidad lograda con la cirugía, se valora ampliar el tratamiento con un corsé. En estos casos las pautas del tratamiento son similares a las fracturas estables.
Fracturas osteoporóticas
Este tipo de fracturas se dan en personas que sufren mala calidad ósea. El riesgo en estos casos es que la fractura se siga aplastando a pesar de llevar el corsé.
Es muy importante realizar una vigilancia periódica con radiografías para seguir la evolución de la fractura.
En los pacientes en los que se observa un retroceso de la curación se realiza un tratamiento con inyección de cemento en la vértebra rota a través de una intervención. Es un procedimiento ambulatorio, con bajo riesgo quirúrgico y que generalmente que produce una mejoría rápida del dolor (en menos de un mes).
En todos los tratamientos la evolución final es muy buena, pudiendo hacer vida semejante a la de antes de la fractura.
En Clínica DKF en El Viso (Chamartín) de Madrid contamos con una Unidad de Columna especializada en el tratamiento de fractura vertebral. Consulta con nuestro especialista en traumatología de columna cómo te podemos ayudar.