El golf es un deporte considerado poco agresivo. Se le considera de bajo impacto y que cualquier persona puede realizar. Y es cierto que el golf es un deporte de baja intensidad, en el que el trabajo aeróbico es suave. Sin embargo, tiene una gran complejidad técnica. Por ello, existen una serie de lesiones más comunes en el golf que se pueden tratar en fisioterapia.
El golpeo, o llamado técnicamente swing, implica un movimiento coordinado en el que trabajan múltiples grupos musculares y articulaciones. Para dominar el swing, se debe repetir el gesto deportivo muchas veces para conseguir hacerlo correctamente. Por ello, se pueden producir las lesiones más comunes en el golf. A ello, se le añade la adaptación a las diferentes situaciones en las que se puede dar cuando se practica el movimiento.
En los últimos años, se han incrementado bastante el número de licencias amateur de golf. La complejidad técnica debería ir acompañada de horas de entrenamiento para poder realizar los gestos técnicos de manera correcta, con el fin de evitar las lesiones. Pero en el ámbito amateur no se dedican tantas horas de entrenamiento, y es donde reside la causa principal de las lesiones más comunes en el golf. La consecuencia suele ser el sobreuso de la zona lesionada, más que un traumatismo. La presencia, además, de patologías previas, puede aumentar la incidencia de las lesiones. Las lesiones producidas en el golf se tratan en fisioterapia. A continuación, vamos a ver cuáles son las más comunes, según nuestro fisioterapeuta, Jorge Cavero.
Lesiones más comunes en el golf
- Lumbalgias. El swing, ea utilizando la técnica clásica o la moderna, va a suponer una torsión de la zona lumbar en un sentido durante el Backswing. Pero, también en sentido contrario en el Downswing y el Follow-through. Ese movimiento de torsión lumbar debe ir acompañado de las articulaciones adyacentes, para evitar que toda la carga recaiga en la columna lumbar. Un defecto en la técnica puede desencadenar en una lesión de la columna lumbar. También lo puede provocar tener patologías anteriores en articulaciones como la cadera, la rodilla o el hombro. O también cuando hay déficit en el control motor y la estabilidad muscular de la columna lumbar.
Además, la posición adoptada durante el Stance es fundamental. La inclinación del tronco necesaria para acercarnos a la bola debe realizarse desde una flexión de la articulación de la cadera. Al mismo tiempo, se debe mantener la columna lumbar en una posición neutra. Un error muy común es que la inclinación se realice mediante la flexión de la columna lumbar. Esto está relacionado con mayor incidencia de lumbalgias.
- Tendinopatía del manguito rotador. En las diferentes fases del swing se produce un amplio movimiento de ambos hombros. El golpeo de la pelota requiere de una gran estabilidad y control motor del hombro, por lo que un déficit puede ser la causa de una lesión en el manguito rotador. Sin embargo, la mayor parte de las lesiones se producen por fallos al golpear el césped o no dar a la bola. Se prepara a la musculatura para una situación concreta y, ya sea por la resistencia del césped o por no golpear a la bola, esa situación cambia de manera brusca pudiendo provocar una contracción excesiva de la musculatura y, como consecuencia, una lesión tendinosa. Lo que se conoce como tendinitis o, correctamente denominad, tendinopatía.
- Epicondilitis y epitrocleitis. Esta es una de las lesiones más comunes en el golf. O al menos de las más escuchadas por su nombre: codo de golfista. Las sesiones en el codo suelen ser consecuencia de una mala técnica al realizar movimientos excesivos de prono-supinación del antebrazo para centrar la cabeza del palo. Al repetir muchas veces malos gestos técnicos, acaban generando un sobreuso de la musculatura. Y, a su vez, una lesión en el tendón de inserción de los músculos epicondíleos (es decir, la cara lateral del codo) o epitrocleares (cara media del codo).
- Tendinopatías y fracturas en la muñeca. La lesión más frecuente de la muñeca es la tenosinovitis de Quervain. Se trata del sobreuso de la musculatura extensora del pulgar por el agarre del palo. También pueden darse fracturas del escafoides, en algunas ocasiones. En cualquier caso, ambas lesiones suelen verse en jugadores profesionales más que en aficionados.
- Lesiones de rodilla y cadera. Estas lesiones son menos frecuentes en el golf. Sin embargo, cuando se producen suelen relacionarse también con un sobreuso y malos gestos técnicos. Si se tienen lesiones previas, como lumbalgias, pueden provocar que se sobrecargue la cadera o la rodilla como compensación. Por otro lado, pueden ocurrir lesiones meniscales de rodilla o degenerativas en la cadera por los gestos repetitivos y la marcha prolongada.
Fisioterapia para las lesiones en el golf
Resulta determinante el tratamiento de las lesiones que aparezcan como consecuencia de la práctica del golf. Al ser un deporte con un gesto técnico tan importante y repetitivo, las lesiones éstas pueden agravarse o dar lugar a compensaciones que acaben produciendo otras en otras zonas. Por ello, aunque pueden parecer lesiones sin mucha importancia, es vital acudir a un buen fisioterapeuta para tratarla.
También es importante la prevención mediante el entrenamiento del gesto técnico, así como la realización de ejercicio complementario de fuerza. Todo ello ayuda a evitar las lesiones que hemos comentado.