Se cree que más del 10% de la población adulta occidental sufre migraña. A nivel mundial se trata de la sexta enfermedad más prevalente. Según la Sociedad Española de Neurología más de 5 millones de españoles padecen migraña, siendo el trastorno neurológico con mayor prevalencia.
Tipos de migraña
La mayoría sufre migraña esporádica y consigue aliviarlo con analgésicos o tratamientos específicos como los triptanes y los gepantes.
Estos últimos son más novedosos y son antagonistas del CGRP (péptido que se cree el causante de la migraña) y son una alternativa a los triptanes. Los analgésicos siempre deben tomarse al principio de la migraña para que sean más efectivos.
En algunas personas, la frecuencia de la migraña va progresando y tienen dolor varios días al mes. Cuando el dolor de cabeza aparece al mes durante 15 o más días durante al menos 3 meses, se denomina migraña crónica.
Los factores de riesgo para padecer migraña crónica son el sexo femenino, la edad avanzada o la herencia genética, ansiedad, depresión, estrés, trastornos del sueño, abuso de analgésicos y abuso de cafeína, la obesidad y la elevada frecuencia de ataques de migraña.
Tratamientos preventivos contra la migraña
El tratamiento preventivo disminuye la frecuencia e intensidad de las crisis de migraña y se recomienda empezar por este primer paso cuando se sufren 3 o más crisis al mes o cuando el dolor dura varios días o es muy intenso y no desaparece con analgésicos.
Los tratamientos preventivos más utilizados son la amitriptilina, betabloqueantes y antiepilépticos como el topiramato.
En el caso de que no sean eficaces, no se puedan tomar por alguna contraindicación o cuando se han probado otros medicamentos preventivos sin buenos resultados, la toxina botulínica (comúnmente conocida como bótox) está indicada especialmente en personas que sufren migraña crónica (dolor 15 o más días al mes y especialmente con crisis que duran 4 horas o más).
El bótox también se indica en personas que sufren migraña episódica de alta frecuencia (más de 3 dolores de cabeza al mes) que no mejoran o no toleran los tratamientos preventivos orales.
La toxina botulínica se inyecta en el cuero cabelludo, con una aguja muy pequeña, en las zonas donde se encuentran las terminaciones nerviosas responsables del dolor de cabeza.
Por lo general, en una sesión se inyecta una pequeña cantidad en 31 puntos, aunque a veces es preciso aumentar hasta 39 si la cefalea es muy intensa.
Algunos pacientes notan el efecto muy rápido, a los 3 días, pero lo habitual es que el alivio se note entre los 10-14 días tras la infiltración.
Aunque más de la mitad de los pacientes notan gran mejoría desde la primera sesión, algunas personas necesitan 2 o 3 infiltraciones antes de empezar a mejorar.
El efecto de la toxina botulínica no es permanente, por lo que es preciso repetir las sesiones cada 3 meses, aunque este intervalo puede variar para otras enfermedades. El tratamiento puede mantenerse durante años, ya que sus efectos secundarios son leves y transitorios (dolor en el punto de inyección o leve debilidad muscular transitoria) y ha demostrado que sigue siendo eficaz y seguro a largo plazo.
Otros tratamientos preventivos contra la migraña
Recientemente, como otro de los tratamientos preventivos contra la migraña se han autorizado en España los siguientes anticuerpos monoclonales de administración subcutánea: erenumab, galcanezumab y fremanezumab.
Estos tratamientos se pueden prescribir si previamente los tratamientos preventivos de primera línea y el Bótox® han fracasado.
Se debe evaluar su beneficio terapéutico tras 3 meses, ya que para considerar el tratamiento eficaz se debe conseguir una reducción de al menos el 50% de los episodios mensuales tras 3 meses desde el inicio de tratamiento.
Al ser estos fármacos de reciente comercialización, hemos de ver su efectividad y seguridad en la práctica clínica habitual. Los principales efectos secundarios son gastrointestinales.
Si padeces de migraña o crees que podrías padecerlo, ¡pide una cita con nuestra especialista en Neurología y deja que te ayudemos!