El tratamiento con ondas de choque, también conocido como TOC, amplía sus indicaciones basándose en la evidencia científica de ensayos clínicos así como en el reconocimiento de su actividad. Su mecanismo biológico es capaz de reclutar células mesenquimales progenitoras a la parte tratada.
El tratamiento con ondas de choque se ha afianzado para la pseudoartrosis, las tendinopatías calcificantes y crónicas así como para la fascitis plantar. Destacan también entre las aplicaciones últimamente descubiertas, el tratamiento con ondas de choque para las úlceras venosas, arteriales y de pie diabético. Actualmente se están realizando estudios sobre su potencial para la cirugía maxilofacial y la regeneración ósea tras realizar apicectomías o quistes del maxilar.
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