La prueba del fotoparche se utiliza en el estudio de reacciones cutáneas fotoalérgicas.
Las reacciones fotoalérgicas son erupciones cutáneas localizadas exclusivamente en las zonas expuestas al sol como consecuencia de una reacción combinada del sol y un fármaco previamente administrado por vía oral o aplicado tópicamente en la piel. Los individuos con reacciones fotoalérgicas no desarrollan ninguna reacción a la exposición solar aislada ni al medicamento responsable aislado, pero en cambio, la combinación medicamento-exposición solar origina una reacción cutánea alérgica.
El fotoparche consiste en la aplicación en forma de parche (habitualmente en la espalda) de la sustancia o sustancias sospechosa/s por duplicado. A las 24 horas se levanta uno de los dos parches y si no se observa ninguna reacción, se irradia con luz ultravioleta. A las 48 horas desde la aplicación del parche se levanta el otro parche y se realiza una lectura comparativa. A las 96 horas se realiza una nueva lectura. Si se desarrolla una reacción en a la zona del parche irradiado en cualquiera de las lecturas (48 horas, 96h horas o ambas) se considera la prueba positiva.