Las pruebas de función respiratoria permiten analizar la capacidad pulmonar de un paciente y con ello averiguar si padece algún tipo de enfermedad respiratoria, así como la severidad de la misma. Un ejemplo de enfermedad respiratoria es el asma bronquial o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Para la realización de estas pruebas no se requiere que el paciente esté en ayunas. Es importante que el paciente abandone su medicación inhalada habitual unas 12 horas antes de la prueba. Salvo que el médico lo indique, no es necesario que el paciente abandone su medicación oral habitual para la realización de esta prueba.