La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica, de naturaleza autoinmune, caracterizada por la afectación simétrica de múltiples articulaciones y la presentación de diversos síntomas generales inespecíficos y manifestaciones extraarticulares.
¿Qué es la artritis reumatoide?
A diferencia de la artrosis, la artritis reumatoide no es causada por el desgaste natural de las articulaciones debido a la edad o el uso excesivo.
Es el resultado de una alteración del sistema inmunológico, que afecta las propias células y tejidos del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas de la artritis reumatoide?
Los signos clínicos más frecuentes son:
Los síntomas suelen ser simétricos e incluyen:
- Dolor articular: El dolor es uno de los síntomas más comunes de la artritis reumatoide. Por lo general, afecta a varias articulaciones, especialmente a las articulaciones de las manos, muñecas, codos, rodillas y tobillos. El dolor es de características inflamatorias en reposo y puede ser constante o intermitente y suele empeorar con la actividad.
- Rigidez por las mañanas o después de períodos de inactividad prolongados.
- Inflamación y aumento de calor.
- Pérdida de movilidad y función articular: Con el tiempo, la artritis reumatoide puede provocar una disminución de la movilidad de las articulaciones afectadas. Esto puede dificultar las actividades diarias
- Fatiga: puede ser uno de los primeros signos clínicos
- Debilidad muscular: producida también por la sarcopenia por corticoides.
- Nódulos reumatoides
- Otros síntomas: Algunas personas pueden experimentar febrícula, pérdida de apetito y/o pérdida de peso.
Si experimentas alguno de estos síntomas de manera persistente, es importante consultar a un médico para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento.
Causas y factores de riesgo para el desarrollo de la artritis reumatoide
Se han identificado una serie de factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar la enfermedad:
- Antecedentes familiares y factores genéticos
- Factores ambientales: Ciertos factores ambientales, como la exposición a determinados virus, bacterias o toxinas, pueden desencadenar una respuesta autoinmune en personas genéticamente susceptibles, aumentando así el riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
- Factores hormonales: Las mujeres tienen una mayor probabilidad de desarrollar artritis reumatoide en comparación con los hombres. Aunque la razón exacta aún no está clara, se cree que factores hormonales pueden desempeñar un papel en esta diferencia de género.
- Edad: Aunque la artritis reumatoide puede afectar a personas de cualquier edad, suele comenzar entre los 30 y 60 años.
- Tabaquismo: Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de desarrollar artritis reumatoide y también puede empeorar la gravedad de la enfermedad en las personas que ya la padecen.
- Obesidad
- Disfunción del sistema inmunológico: En la artritis reumatoide, el sistema inmunológico del cuerpo ataca erróneamente las propias células y tejidos, especialmente las articulaciones.
¿Cómo se diagnostica la artritis reumatoide?
El diagnóstico de la artritis reumatoide se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, el examen físico (criterios mayores y menores para el diagnóstico) y los análisis de laboratorio. Y últimamente también criterios de inflamación detectados por Doppler color en la ecografía.
Tratamientos para la artritis reumatoide
El tratamiento de la artritis reumatoide se basa en un enfoque multidisciplinar que busca controlar los síntomas, prevenir el daño articular y mejorar la calidad de vida del paciente.
Es prioritario iniciar el tratamiento lo antes posible y cambiar de fármaco si no hay respuesta clínica en tres meses.
Medicamentos sintomáticos
- Analgésicos
- Antiinflamatorios
- Corticosteroides: son de primera elección en brote articular inflamatorio
- Medicamentos inmunomoduladores clásicos como el metotrexato hasta los biológicos que han supuesto un verdadero avance en “frenar” la enfermedad.
Fisioterapia
Los ejercicios específicos y las técnicas de ergonomía que es el ahorro en el desgaste articular son un pilar fundamental para mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y el rango de movimiento en las articulaciones afectadas.
Los fisioterapeutas pueden enseñar técnicas para proteger las articulaciones y facilitar las actividades diarias, así como recomendar adaptaciones y dispositivos de ayuda para el hogar y el trabajo
Cirugía
En casos graves y cuando otras medidas de tratamiento no han sido efectivas, la cirugía debe ser considerada.
Algunos procedimientos comunes incluyen la sinovectomía (extirpación de la membrana sinovial inflamada), la artroplastia (reemplazo total o parcial de la articulación), la artrodesis (fusión de las articulaciones) y otras técnicas para tendones y ligamentos que se ven afectados en la artritis muy frecuentemente.
Consejos para vivir con artritis reumatoide
Vivir con artritis reumatoide puede suponer desafíos diarios, pero existen algunas medidas que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y reducir los síntomas.
Aquí hay algunos consejos útiles:
- Mantener una dieta equilibrada: Consumir una alimentación saludable y equilibrada puede ayudar a controlar el peso y proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la salud de las articulaciones. Se recomienda una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
- Realizar ejercicio regularmente: El ejercicio de bajo impacto, como caminar, nadar o practicar yoga, puede fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones, mejorar la flexibilidad y reducir el dolor. Es importante hablar con el médico o un fisioterapeuta para diseñar un programa de ejercicios adecuado a las necesidades individuales.
- Descansar lo suficiente: El descanso adecuado es fundamental para reducir la fatiga y permitir que el cuerpo se recupere. Es importante establecer rutinas de sueño regulares y asegurarse de obtener la cantidad de descanso necesaria.
- Aprender técnicas de manejo del estrés: El estrés puede empeorar los síntomas de la artritis reumatoide. Aprender técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y promover una sensación de bienestar.
- Utilizar dispositivos de ayuda y adaptaciones: Los dispositivos de ayuda, como bastones, ortesis o adaptadores ergonómicos, pueden facilitar las actividades diarias y reducir la carga en las articulaciones afectadas. Trabajar con un terapeuta ocupacional puede ser útil para encontrar las mejores soluciones para cada persona.
Clínica especialista en el tratamiento de artritis reumatoide en Madrid
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