La arena seca y blanda de la playa va a provocar más inestabilidad en la pisada ya que es una superficie irregular por lo que, a ciertas personas le puede provocar una lesión.
El esfuerzo muscular para mantener la estabilidad del cuerpo va a ser mayor y principalmente lo soporta la estructura del tobillo. A veces puede ser beneficioso para rehabilitación y/o fortalecimiento de algunas estructuras.
Por otro lado, al tener capacidad de amortiguación, servirá para proteger a las estructuras como el tobillo de los impactos provocados al caminar, pero hay que ser conscientes que a la misma vez va a provocar una tensión mayor en la fascia plantar y en la musculatura posterior de la pierna, esto puede tener como consecuencia la aparición de lesiones como la fascitis plantar, sobrecargas del tríceps sural, tendinitis del tendón de Aquiles y tendinopatías.
Sin embargo, al caminar por la orilla, con la arena mojada y mucho más compacta, se evita la inestabilidad, es decir, no se va a hundir el pie al caminar y eso va a dar mayor estabilidad en la marcha.
El mayor inconveniente que presenta el caminar por la orilla es la inclinación, al no ser normalmente plana, al caminar se va a provocar una compensación y un desequilibrio en las estructuras del cuerpo, obligan de esta forma a que las articulaciones reciban el impacto y el peso corporal con cierta angulación.
Las piernas soportarán cargas desiguales, la articulación del tobillo para estabilizarse va a tener que adoptar posturas de compensación y uno va a soportar más impacto que el otro. Por lo que siempre se recomienda caminar primero hacia una dirección y luego hacia la otra.
En Clínica DKF, contamos con especialistas en podología y las técnicas más avanzadas al servicio del tratamiento de cualquier problema asociado al pie y la pisada. Si experimentas alguna molestia o lesión, no dudes en contactarnos para recibir una atención personalizada.