
La temporada de esquí es una de las épocas más emocionantes para los amantes de los deportes de invierno, pero también una de las que más lesiones puede provocar. Entre estas, la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) destaca como una de las más frecuentes y graves, especialmente en esquiadores de nivel intermedio y avanzado. Este artículo explica las causas, los factores de riesgo, los métodos de prevención y las opciones de tratamiento para esta lesión, con el objetivo de disfrutar del esquí de manera segura.
¿Qué es el ligamento cruzado anterior?
El ligamento cruzado anterior es un ligamento que se encuentra en el centro de la rodilla uniendo el fémur y la tibia. Su principal función es limitar la traslación anterior de la tibia sobre el fémur, pero también la rotación interna. Es clave en movimientos como cambios de dirección, frenados o saltos, lo que lo convierte en una de las estructuras más vulnerables en deportes como el esquí.
Causas de la lesión del LCA en el esquí
La lesión del LCA ocurre cuando las fuerzas aplicadas sobre la rodilla exceden la resistencia del ligamento. En el esquí, las causas más comunes incluyen:
- Caídas descontroladas: las caídas hacia atrás con el peso del cuerpo desplazado hacia los talones ejercen una gran presión.
- Fijaciones de esquís mal ajustadas: si las fijaciones no se liberan adecuadamente, el esquí puede actuar como una palanca que fuerza los movimientos en la rodilla.
- Cambios bruscos de dirección: movimientos rápidos, giros en pendiente o descensos a alta velocidad aumentan el riesgo de torsiones de rodilla.
- Debilidad muscular: unos músculos estabilizadores insuficientemente fortalecidos, especialmente en el cuádriceps y los isquiotibiales, incrementan el riesgo de lesión.
Factores de riesgo
Algunos factores específicos aumentan la probabilidad de sufrir una lesión de LCA en el esquí:
- Falta de acondicionamiento físico antes de la temporada.
- Técnica de esquí incorrecta.
- Uso de equipamiento inadecuado o mal ajustado.
Síntomas de la lesión del LCA
Normalmente, el paciente describe que tras la caída por un salto o al hacer un giro nota que la rodilla “se ha salido de su sitio” y siente un chasquido que puede ser audible.
Al dolor agudo le sigue la hinchazón de la rodilla y su consecuente impotencia funcional que impiden que la rodilla realice su función, es decir, que no se pueda ni saltar, ni correr, ni caminar e incluso mantener la estabilidad.
Principales síntomas de la rotura de ligamento cruzado anterior:
- Dolor agudo
- Perdida de movimiento de la rodilla
- Inflamación de la rodilla
- Rodilla inestable
- Fallos de control muscular
Diagnóstico
El diagnóstico de una lesión del LCA se realiza mediante:
- Historia clínica: Identificación del mecanismo de la lesión y los síntomas.
- Examen físico: pruebas como el test de Lachman o el cajón anterior ayudan a evaluar la integridad del ligamento.
- Resonancia magnética: es la herramienta más precisa para confirmar la rotura del LCA y evaluar daños asociados, como lesiones meniscales.
Tratamiento
El tratamiento para la rotura del ligamento cruzado anterior requiere cirugía en la mayoría de los casos.
Es esencial la evaluación inicial por un profesional especializado en esta patología. El manejo inicial, un diagnóstico preciso y unas buenas recomendaciones iniciales de la rotura del ligamiento cruzado anterior son muy importantes para una buena evolución y pronóstico.
El tratamiento debe ser individualizado en función de la edad, el nivel de actividad deportivo, las lesiones asociadas y las expectativas del paciente.
La historia clínica es esencial para la evaluación inicial. Es muy importante conocer el mecanismo traumático, es decir, conocer cómo y porqué se ha producido la lesión.
En el caso de los deportistas profesionales, el traumatólogo incluso se ayuda visionando las imágenes de la caída.
Desde Clínica DKF creemos en un tratamiento combinado en el que la intervención quirúrgica es el punto de partida de esta recuperación.
Los objetivos del tratamiento tras una rotura de LCA son los siguientes: recuperar la función completa de la rodilla, trabajar aquellas barreras fisiológicas fruto de la lesión para la vuelta al deporte, reducir las probabilidades de lesión futura o aparición de osteoartritis de rodilla y aumentar la calidad de vida del paciente.
Prevención
La prevención de la lesión del LCA es esencial para esquiadores de todos los niveles.
Algunos consejos incluyen:
- Fortalecimiento muscular: enfocarse en ejercicios para el cuádriceps, isquiotibiales y glúteos.
- Entrenamiento de propiocepción: mejorar el equilibrio y la estabilidad mediante ejercicios específicos.
- Técnica adecuada: recibir clases de esquí para aprender posturas seguras y giros controlados.
- Ajuste correcto del equipo: asegurarse de que las fijaciones se liberen adecuadamente en caso de caída.
- Calentamiento previo: realizar ejercicios de fuerza y baja carga antes de esquiar.
Si has sufrido una lesión del Ligamento Cruzado Anterior y quieres volver a tu vida activa y deportiva previa a la lesión, te recomendamos que te pongas en manos de nuestra Unidad de Rodilla, liderada por la Dra. Laura Olmos Molpeceres y nuestra Unidad de Fisioterapia y Deporte.