La displasia del desarrollo de la cadera (DDC) es una alteración compleja en el desarrollo y en la forma de la misma, cuya característica fundamental es que el acetábulo es insuficiente para dar cobertura y apoyo a la cabeza del fémur, bien porque es más plano y vertical de lo habitual o bien por una mala orientación del mismo. Esto ocasiona una alteración en la transmisión de cargas en la cadera pudiendo dar lugar a la aparición de cambios degenerativos a una edad más temprana.
La displasia afecta tanto a hombres como mujeres, aunque es más frecuente en el sexo femenino. Además, es la principal causa de artrosis en pacientes jóvenes. El 90% de los pacientes menores de 50 años con artrosis tienen un problema estructural en la cadera y, de ellos, el 50% tienen displasia.
Causas de la displasia de cadera
La displasia de cadera puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales. Entre las principales causas destacan:
- Factores hereditarios: las familias con antecedentes de displasia tienen mayor predisposición.
- Posición al nacer: los bebés que nacen en posición de nalgas presentan un riesgo más elevado.
- Sexo: es más frecuente en mujeres debido a la influencia hormonal en el desarrollo ligamentoso.
- Condiciones prenatales: la limitación de espacio en el útero, como ocurre en embarazos múltiples, puede afectar el desarrollo de la cadera.
Síntomas de la displasia de cadera
Aunque puede pasar desapercibida en sus etapas iniciales, especialmente en niños, los síntomas suelen hacerse evidentes con el tiempo:
- Dolor en la cadera, sobre todo después de actividades físicas.
- Sensación de inestabilidad.
- Limitación del movimiento.
- Desgaste y dolor relacionado con la artrosis en la cadera en etapas avanzadas.
Tratamiento de la displasia de cadera
El tratamiento inicial de la displasia sintomática será conservador, con un programa de fortalecimiento muscular, intentando modificar la actividad deportiva siempre y cuando sea posible evitando aquellos deportes de impacto más lesivos, y con fisioterapia. Ocasionalmente, pueden recurrir a analgésicos y/o infiltraciones para el alivio del dolor.
En aquellos pacientes en los que el tratamiento conservador no ha dado resultado, estaría indicado el tratamiento quirúrgico. Este dependerá, fundamentalmente, del estado del cartílago articular:
- Si existe desgaste del cartílago significativo, el tratamiento sería sustituir la articulación por una prótesis total de cadera.
- Sin embargo, en los pacientes jóvenes (habitualmente, < 40 años) con el cartílago articular sano se puede optar por TÉCNICAS DE PRESERVACIÓN ARTICULAR, con el objetivo de mejorar la sintomatología y evitar o retrasar la aparición de cambios artrósicos.
En Clínica DKF, el Dr. Luis Novoa lidera la Unidad de Cadera, ofreciendo diagnósticos y tratamientos personalizados. Nuestro enfoque multidisciplinar incluye colaboración con fisioterapeutas especializados para garantizar una recuperación integral.
Si sospechas que puedes tener displasia de cadera o presentas síntomas compatibles, no dudes en contactar con nuestro equipo.