
¿Qué es la bursitis de hombro?
La bursitis de hombro es una inflamación de la bursa, una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un amortiguador entre los huesos, tendones y músculos de la articulación. Esta afección es una causa común de dolor en el hombro, especialmente en personas que realizan movimientos repetitivos con los brazos.
La bursitis puede ser causada por varios factores, entre los que destacan:
- Movimientos repetitivos: actividades que implican un uso repetido de los brazos sobre la cabeza.
- Lesiones traumáticas: un golpe directo al hombro o una caída pueden inflamar la bursa.
- Enfermedades inflamatorias: afecciones como la artritis reumatoide pueden contribuir al desarrollo de la bursitis.
- Desgaste natural: en personas mayores, el uso prolongado de la articulación del hombro puede llevar a una inflamación crónica.
Síntomas
Los síntomas de la bursitis de hombro pueden variar en intensidad, desde una leve molestia hasta un dolor incapacitante. Los más comunes incluyen:
- Dolor en la parte superior y externa del hombro: este dolor suele empeorar al realizar movimientos como levantar el brazo.
- Rigidez y pérdida de movilidad: la inflamación de la bursa limita el rango de movimiento del hombro, dificultando actividades cotidianas.
- Dolor nocturno: es común que el dolor se intensifique al estar acostado sobre el hombro afectado, lo que puede interferir con el sueño.
- Sensación de debilidad: la inflamación persistente puede generar una sensación de debilidad en el brazo y el hombro, dificultando levantar objetos.
Diagnóstico
El diagnóstico de la bursitis de hombro combina un examen clínico exhaustivo con pruebas de imagen. El proceso diagnóstico suele incluir:
- Historia clínica: el médico comenzará por preguntar sobre los síntomas del paciente, su intensidad, duración y cualquier actividad que pueda haber desencadenado el dolor. También se evaluarán antecedentes de lesiones previas o condiciones inflamatorias.
- Examen físico: el especialista evaluará la movilidad del hombro y buscará puntos dolorosos al palpar la zona afectada. Algunas maniobras pueden ayudar a identificar la bursitis, como el levantamiento del brazo lateralmente o sobre la cabeza.
- Pruebas de imagen:
- Radiografía: aunque no permite ver la bursa inflamada, la radiografía puede descartar otras causas de dolor, como fracturas o espolones óseos.
- Ecografía: es una técnica no invasiva que puede visualizar la inflamación de la bursa y detectar la presencia de líquido.
- Resonancia magnética (RM): En casos más complejos, la RM puede proporcionar una imagen detallada de los tejidos blandos, incluyendo la bursa, los tendones y los músculos del manguito rotador.
- Aspiración de líquido: En casos raros, si se sospecha de una infección en la bursa (bursitis séptica), el médico puede extraer líquido de la bursa para analizarlo en laboratorio.
Tratamiento
El tratamiento de la bursitis de hombro depende de la gravedad de los síntomas y de la causa subyacente. En la mayoría de los casos, los síntomas pueden aliviarse con reposo, hielo y medicamentos antiinflamatorios. Sin embargo, en casos más graves o persistentes, pueden ser necesarias terapias físicas, inyecciones de corticosteroides o incluso cirugía.
La Unidad de Hombro de Clínica DKF cuenta con un equipo especializado en el manejo de patologías del hombro, ofreciendo tratamientos personalizados basados en las investigaciones más avanzadas.