Trastornos del Sueño
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) entre un 20% y un 48% de la población adulta española sufre dificultad para iniciar o mantener el sueño.
Entre los trastornos del sueño más comunes se encuentran el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas y la narcolepsia.
Insomnio
El 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10-15%, lo que supone más de cuatro millones de adultos españoles, sufre de insomnio crónico.
Casi todas las personas tienen en algún momento insomnio de corto plazo, que puede ser el resultado del estrés, la dieta, el desfase horario o jet lag u otros factores. El insomnio casi siempre afecta el desempeño laboral y el bienestar general de una persona. Este problema aumenta con la edad y afecta a aproximadamente al 30% de los hombres y al 40% de las mujeres en algún momento.
Los hipnóticos o píldoras para dormir pueden tratar las causas del insomnio a corto plazo. Las píldoras para dormir no suelen considerarse efectivas en el largo plazo pues dejan de funcionar tras varias semanas de uso nocturno. Además, su uso a largo plazo puede interferir con el sueño. Para los casos de insomnio más graves o de largo plazo, los investigadores están examinando otros enfoques, incluido el uso de luz brillante (terapia de luz) para alterar los ritmos circadianos.
Apnea del sueño
El síndrome de la apnea del sueño afecta a un 2-4% de la población. Las personas con esta enfermedad experimentan pausas en la respiración mientras están dormidas.
La obesidad y la edad pueden contribuir a la apnea del sueño.
Las características típicas de este trastorno incluyen ronquidos fuertes, obesidad y somnolencia excesiva durante el día. Si bien la apnea del sueño se asocia con los ronquidos fuertes, no todas las personas que roncan tienen por qué padecer apnea del sueño.
Para diagnosticar la apnea del sueño se requiere una polisomnografía que es un registro de los patrones de sueño, la respiración y la actividad cardíaca de una persona. La polisomnografía se obtiene mediante una prueba del sueño y puede diagnosticar la apnea del sueño. Esta prueba registra las ondas cerebrales de una persona, así como su ritmo cardíaco y su respiración, durante una noche entera, lo que permite diagnosticar la apnea del sueño. Los métodos para tratar la apnea del sueño incluyen bajar de peso y evitar que la persona duerma boca arriba.
Otra opción es utilizar un dispositivo especial o realizar una cirugía para corregir la obstrucción en las vías respiratorias. Las personas con apnea del sueño no deben tomar sedantes o píldoras para dormir, ya que estos medicamentos pueden impedir que se despierten para respirar.1
Síndrome de las piernas inquietas (SPI)
El síndrome de las piernas inquietas afecta aproximadamente a un 5% de la población, siendo las personas mayores de 50 años las más propensas a sufrirlo. Esta enfermedad tiende a ser hereditaria y provoca sensaciones desagradables de picazón, hormigueo o como si algo reptara por las piernas y los pies, lo que genera la necesidad de mover los pies y las piernas para aliviarse. Las personas con el SPI pueden mover las piernas constantemente durante el día y la noche, lo que puede generar problemas para dormir.
Los síntomas del SPI pueden aparecer a cualquier edad, pero los casos más graves suelen observarse en los ancianos. Muchos pacientes con el SPI tienen un trastorno llamado trastorno del movimiento periódico de las extremidades, que provoca sacudones repetitivos en las extremidades, en particular en las piernas. Los movimientos ocurren cada 20 a 40 segundos y puede hacer que la persona se despierte durante la noche.
Los tratamientos indicados para el SPI y los movimientos periódicos de piernas incluyen medicamentos que afectan la dopamina, un neurotransmisor. Sin embargo, dado que el RLS y el PLMD no se entienden bien, tampoco se entiende bien por qué son útiles los medicamentos que afectan los niveles de dopamina en el cerebro.1
Narcolepsia
Unas 25.000 personas padecen narcolepsia en España.
Las personas con esta afección sufren «ataques de sueño» durante el día incluso cuando durmieron lo suficiente la noche anterior. Los ataques de sueño pueden durar de varios segundos a 30 minutos o más. Además de dormirse en momentos inesperados, las personas con narcolepsia pueden tener pérdida de control muscular durante situaciones emotivas o tener alucinaciones, parálisis temporal y alteraciones del sueño por la noche. La narcolepsia tiende a ser hereditaria en familias con antecedentes de trastornos del sueño y también se observa en algunas personas que sufrieron una lesión o un traumatismo en la cabeza.
Una vez diagnosticada, la narcolepsia se puede tratar con medicamentos que controlan los síntomas. Los medicamentos que suelen recetarse para esta afección incluyen estimulantes y antidepresivos. Dado que cada caso es diferente, qué medicamento es el más efectivo dependerá de cada persona.